
Gente de la prepa, mi ancestro, me dicen quitadísimos de la pena que si sigo escribiendo y yo, cual adicta a la televisión, enajenada y alienada social le contesto como boxeadora venida a menos: "Ya no me sale".
Y vaya, que me dan tantas ganas de volver a escribir y hubo una vez de usted una niña, y la inspiración fue lo peor que le pasó al saco azul, y viejita ni tu poder ni yo poder y toca la tambora turún turún, pero nada más no sale de mí un ápice de poesía.
Guardo en el corazón, como si de ahí fueran a emerger, las imágenes que me conmueven. Guardo un perrito de globo que me regaló un payaso sin talento en el camión, el balón de fútbol relleno de piedritas que me vendió un operador, la botella de Sprite vacía rodando por la calle, el olor a príncipe de fresa, prófugo de la planta de Bimbo, cuando empujo a Diego en el columpio. Guardo el pic nic en las perreras, la barda caída, el candado puesto, el perro que se comió la comida de la tortuga, el paseo en el parque de enfrente, con el solazo. En fin, guardo tanta tontería en el corazón y la archivo segura que de ahí nunca va a salir.
Aquí se rompió una taza, oh poet, y cada quien para su casa.
2 comments:
Tú escribe. El mundo sabe cómo defenderse de nosotros.
Mi maestro dice que hable aunque me salga mal.
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