El kiko que llevamos dentro

Ayer, antes de irme al trabajo, fui a Julio Cepeda a buscar una pelota para mis hijos. La pediatra dijo: "Compra una pelota grande, así como la de Kiko, de color llamativo". Y entonces, me hice de la más grande y más brillante de todas.

Sin ningún empacho, me la llevé a la oficina. Apenas entré, una decena de ojos se centró en mi mano derecha. Llevaba, todavía en su red, la pelota más grande y roja que encontré.

--- ¿Y eso? --- preguntó Yahaira.

--- Ah, la traje para desestresarme.

Me senté en mi lugar y puse, muy horonda, la esfera llamativa, en el piso, en mis pies. De cuando en cuando podía mecerla, jugar con ella con los pies, levantarla, amenazar a la gente con el siempre chocante "piensa rápido" seguido de la intentona de lanzarla a la cara del interlocutor. La pelota visitó algunos lugares. A veces se escapaba por debajo de la mesa, a veces era tomada por algún incauto que se deslumbraba.

--- Esa pelota parece la de Kiko --- dijo Yahaira, más tarde.

--- Pues de hecho, así se llaman, ¿no? Pelota de kiko.

PROPUESTA PARA MEJORAR EL LUGAR DE TRABAJO

Yo, como muchos otros, consideramos que todo lugar de trabajo debe tener un área para el solaz y esparcimiento intelectual de los empleados. Sugiero que en cada una de las oficinas haya una mesa de Ping Pong, para que las ideas y la creatividad fluya. Entiendo que una de billar sería un exceso, una invitación a relajar la disciplina y las buenas costumbres. Pero una de Ping Pong resultaría beneficiosa porque:

a) El genio creativo, tipo House, que duerme en nuestros acalambrados cerebros, puede emerger victorioso con un par de retas.

b) Es perjudicial para la salud únicamente pararse, durante ocho horas nalga, a dos lugares: la oficina del que te va a regañar o el baño.

c) El cerebro oxigena mejor cuando se toman medidas absurdas

d) Un lugar en el que te sientes bien, jamás quieres abandonarlo. Sugeriría que permitieran el tiro al blanco a la vez que te tomas una cerveza bien fría, pero primero hay que conquistar los pasos

e) Estupideces como ésta no matarían las neuronas de los empleados:

De acuerdo a los elásticos que es todo lo que quedó de sus trusas marca Tommy, una de las osamentas traía adherida sólo parte de una camiseta o playera de color verde a rayas, lo que es indicativo que no fueron vestido para ser sepultados como comúnmente ocurre, pues la familia generalmente a sus muertos los visten con ropa más adecuada y no con una simple camiseta de colores para sepultarlos. Esto es periodismo riobravense y no chingaderas.