Tuesday, March 28, 2006

Manjares Quijotescos

Domingo 26 de marzo, ya entrada la primavera, la idea de primavera que el cielo de la Ciudad de México tiene. Fuimos a la degustación de manjares quijotescos en el Museo de San Idelfonso. Se trataba, más bien, de comer alguno de los 157 platillos que menciona Cervantes en El Quijote (Donkey Hote): Empezó como a las dos y media con una breve explicación gastronómica a la cual no presté mucha atención porque pensaba que en cualquier momento iban a dar un silbatazo y no iba a alcanzar ni un pedazo de pan; lo único que pude pescar fue que los atascaburras de bacalao era un platillo bastante caro en aquel entonces, dado que importaban poca papa del Perú y además que el wacalao no ha sido particularmente económico. El caso es que mientras un montón de gente hacía fila en el primer stand, yo me fui al último donde servían fabada. Uy qué cosa, qué cosa, qué cosa. Sirvieron también Duelos y Quebrantos, a primera vista parece un vil huevo con chorizo, pero ya que nos explicaron que tenía embutidos, entre los cuales se halla el seso de cordero, me dio un poco de quebranto. Había pisto manchego, pinchos de lomo, pecho de ternera, paella y cochinita pibil. Todo esto se acompañaba de vino tinto o blanco, cerveza o vil Jumex de mango. Nos atascamos de comida española, naturalmente, y luego tuvimos la brillante idea de ver la exposición temporal Los otros molinos del Quijote. Estaba en el último piso del museo y la verdad, subir con la panza llena y con ganas de una buena siesta no es la mejor recomendación. Finalmente, luego de casi escupir el bazo, llegamos a la sala donde una insulsa exposición, casi del nivel de Enciclomedia, nos esperaba. Tampoco es que nos esperara a nosotros, pero así se oye más propio. La primera sala era el capítulo ocho del Quixote, el capítulo de los molinos de viento impreso en papel cebolla. Neta, para qué gastan tanto pinche dinero en eso, lo único original era el segundo tomo de algunas obras de Sor Juana que ella misma compiló para la imprenta, lo demás, hasta un alumno de Multimedios de Comunicación podría hacer un tutorial en Dreamweaver y tranquilamente les saldría mejor. Y vaya que digo Comunicación, que no se caracterizan por su brillantez. Luego en la sala de proyecciones hicieron una dramatización de Teresa de Jesús!!!!!! Yo me salí muy indignada cuando empezó la de Sancho y el Quijote hablando en tepiteño: “No mames, pinche Quijote, me cae que esos pinches molinos de a tiro son más falsos que, como dice el Sádico, las chichis de la Tetanic. Mejor vente, vamos por unos chescos bien cadavers”. En fin, que la comida estuvo rica pero la exposición, de veras, ni gratis.

2 comments:

Kickapú said...

Ignoraré la razón por la cual hablas de escupir el bazo... ¡qué cosa! La comida española no se caracteriza por su ligereza.
¡Ay, uno de vegetariano, los barroquismos culinarios que tiene que soportar por parte de los comedores de carne! ¡Oh, Dios!

Carmen said...

QUé bueno que si fueron a la comida quijotesca, yo preferí incursionar por otros lares, un poco de comida árabe, que sí tiene opción vegetariana.
La comida española es como los gachupines: tosca, sincera y pesada