Wednesday, August 01, 2007

Monterrey, tierra querida

No sé. Monterrey es una ciudad que no pasa desapercibida para bien o para mal. Cierto es que me causa ternura leer cómo de ser una cochina y apestosa ciudad fundada tres veces, pasó a ser una de las más grandes e importantes de México. Y me da todavía más ternura cuando, entre datos de conquistadores y gobernadores, leo cosas como que:



Es la de Zaragoza la plaza más antigua de Monterrey. Algunas veces fue llamada Plaza Mayor, aunque en realidad no había para qué darle este nombre, puesto que no existía otra plaza menor.

O


En 1821 habías duplicado tus habitantes. Fue en ese tiempo cuando floreció -aunque no aquí- el más notable de tus hijos, Fray Servando, enamorado eterno de la libertad. Fue él quien trajo a nuestro medio un destello de cultura: la imprenta.


O


Cuando el periodista francés Jules Leclerq estuvo en Monterrey en uno de los viajes inaugurales del ferrocarril, en 1883, con hiriente ironía describió las casas de la ciudad como “dos hileras de muros con agujeros”.






Tal vez nunca entenderé cómo fue que lograron preservar una ciudad con un clima tan espantoso, aunque tengo mis sospechas de que debió de ser más vivible antes de ser industrializada. Sobre todo por el tamaño actual del río Santa Catarina y por los mentados ojos de Santa Lucía. Y porque con árboles, el verano siempre es menos sofocante.



Definitivamente nada más gente necia y terca pudo sacar adelante el hallazgo de Luis Carvajal, Pero qué digo hallazgo de Luis Carvajal, de Alberto del Canto que fundó el Valle de Extremadura, que así le pusieron en un principio.



No sé qué tanto embrollo se traían con que si siempre no se llamaba Valle de Extremadura sino Valle de San Luis y que si se iban o se quedaban. Lo que me queda claro es que los regios ancestrales ya eran gandallas desde la Colonia. Confróntese con la siguiente cita:



El Nuevo Reino tenía una extensión increíble de 700 mil kilómetros cuadrados que incluía los actuales estados de Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León y una gran parte de Zacatecas, formando un cuadrado perfecto de 200 leguas por lado.



Como dirían por ahí: toma chango tu mecate. En fin, que después de un rato, por los destos de Diego de Montemayor, la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey se fundó y hubo de sufrir inundaciones, incendios, reconfiguraciones y hasta invasiones norteamericanas que hace de la casa en que hoy habito un sitio histórico. Dice Israel Cavazos:



Las tropas invasoras, al mando del general Zacarías Taylor, continuaron su camino sobre Monterrey hasta instalar su cuartel general en el Nogalar, en las cercanías de la ciudad.



No estoy para contarles, ni ustedes para leerlo, pero resulta que ese Nogalar que mencionan ahí es el mismo Nogalar donde la suerte quiso que ahora tuviera mi hogar. Pero bueno, de ese Nogalar, Ana ya ha contado mucho y contará más...



En fin, ¿dónde estaban los mentados ojos de Santa Lucía? Quién sabe, pero algunos piensan que exactamente, así con precisión muy precisa, no se puede saber, pero según interpretaciones de la extraviada acta de fundación se puede decir, a ojo de buen cubero, que podría haber estado en lo que hoy es la esquina de Allende y Zaragoza.
Pero como ya había una macroplaza atravesada, lo único que pudieron hacer para rescatar un poco la memoria de este lugar y a propósito del multicriticado Forum de las Culturas, fue un río como el de San Antonio. Que vacío y sin lanchitas luce más o menos así:


Mmmm... en vivo se ve mejorcito.


Por otro lado, moría de curiosidad de saber el origen de nuestra comida típica que como es bien sabido, es el cabrito. Pues... sigo teniendo la curiosidad, porque lo único que he podido encontrar al respecto es lo siguiente:


Hay constancias documentales de que en 1598, a dos años de fundada la ciudad, ya se comía el cabrito. Se toma asado “al pastor” y debe de ser tierno “que no haya probado hierba”, a fin de que “no sepa a monte”.

Pues así están las cosas. No era lo que quería escribir, pero fue lo que salió.

3 comments:

Tania said...

Yo creo que Alfonso Reyes es más ilustre que Fray Servando, con perdón de quien sea que estés citando, Cris.
Fray Servando, por supuesto, era más folklórico, y jugó un rol clave en la independencia del país, además de que era experto en fugas espectaculares. Digamos que Servas se prestaría a ser representado por Tommy Cruise, pero eso no es criterio para declararlo ilustre. Y bueno, don Poncho sería más fresa, pero era un sabio de primera... aunque esto en un marco de referencia más bien europeizante y clásico, supongo. En fin. En lo que sí estoy de acuerdo es en que el clima es de la chin

Unknown said...

Jajajaja, la cita es de Israel Cavazos... y en sí misma se defiende: un destello de cultura... que no cultura

Anonymous said...

Qué importa la cultura, aquí sí sabemos hacer carne asada, qué no?