Me desperté a media mañana. Como tenía que ir a la escuela de mis hijos, me alisté y me encontré con la sorpresa de que estaba cerrada con tres candados y remachada la puerta de la entrada. Ni un alma se había aparecido. Me regresé a casa y me preparé para ir al programa de tele. Me llevé a uno de mis vástagos y vi soldados. Llegué al centro y vi soldados. Regresamos a casa y de camino a casa no sólo vimos unos cuantos, vimos alrededor de 20 de estos vehículos:
Yo de inmediato pensé: no hubo escuela + hay un desfile militar: AAAAAH ES EL DESFILE DEL 20 DE NOVIEMBRE!!!!
Pero no, la verdad no era eso. Los 6 mil elementos que Calderón le prometió a Nuevo León después del suceso en el Casino Royale YA LLEGARON!!!!! I don't know dude, pero no me siento segura cuando volteo y lo único que veo son soldados, policía federal y hasta retenes. Habrá gente que se sienta segura pero yo no. Yo sé que si me toca estar cerca de un policía o un soldado y hay un enfrentamiento las balas no van a distinguir si yo soy de un bando o de otro. Yo no me siento segura porque el Ejército sólo debería servirnos para dos cosas: ayudarnos en caso de desastres naturales o defendernos de una intervención extranjera. Pero pues está cabrón si nos la hemos pasado dándole las nalgas a los gringos, en particular.
Hablo desde la emoción y de lo que me han contado. El Ejército en Monterrey nada más ha venido a destruir puestos y a robarse la mercancía y las pertenencias de la gente en los operativos. Me da mucha pena que los que combaten a los malos sean igual de malos. Y me da mucha pena que los malos sigan siendo malos y pongan un precio tan bajo a la vida humana. Mi apuesta no es a la guerra. A mí no me sirve que los gringos se droguen o dejen de hacerlo, a mí no me sirve que intervenga o no la DEA y si es posible mejor que ni lo haga. Yo creo que es momento que intervenga la cultura de legalidad, sí, pero también el amor y también la opción de empleo.
Hay muchísimo desempleo en México. Hay pobreza extrema en Nuevo León cuando antes poco se oía hablar de eso en estos lares. Hay un grande y muy serio problema de materialismo que se combina con los valores que siempre nos han inculcado a los regios: éxito económico, desinterés en los asuntos sociales, compulsividad en el trabajo, apatía política... y justo en ese clima, justo cuando la cosa está que arde Larrazabal viene y quita a todos los puesteros de Reforma y 5 de mayo, permite la entrada del Ejército que se dedicó más bien a rapiñar y dejó en el desempleo a mucha gente. No estoy segura de que el clima político social haya sido el más acertado. No entiendo por qué siguen pateando el avispero.
Somos muchos, muchísimos, un chingo que sí queremos un Monterrey tranquilo. Yo solía decir que me caía gordo Monterrey por su etnocentrismo. Cuando la guerra del narco nos alcanzó, la democracia de la narcoviolencia nos hizo iguales a cualquier otra ciudad mexicana y eso golpeó de una manera dura la autoconcepción de ser el motor financiero de México. No me gusta ver las calles de Monterrey solas, por las noches, cuando antes todo era fiesta. No me gusta saber distinguir los balazos de un AK-47 o de una AR-15. No me gusta que la gente ande hyper y crea que es lógico subirse a los camiones con navajas para asaltar a los pasajeros, ni crea que es el momento de atracar bares armados con machetes. Todo porque la pinche situación no da para más.
Creo que lo más lógico es que aprovechemos esta crisis para reinventarnos, para volvernos a definir, para quedarnos con lo bueno y deshacernos de lo malo. De hacer de esta tierra que ya muchos quieren por un montón de cosas, un lugar armónico. Pido la utopía, pido tener un sueño, pido ponernos de acuerdo. No es gran cosa, cuestión de sentarnos a platicar y ponernos de acuerdo para construir una nueva ética, una nueva moralidad y eventualmente una nueva ciudadanía. Hora de dejar de gritar SI SE PUEDE a 11 mequetrefes que se ganan la vida con mediocridades. Mejor gritar SI SE PUEDE a Monterrey, a Juárez, a Tijuana, a Tamaulipas, al Edomex, a Veracruz, a Sinaloa, a Sonora, a Baja California Sur, a Jalisco y cada uno de nuestros estados que necesitan una tregua consigo mismos.
No todos nos podemos ir y seguramente habrá muchos otros que no nos queremos ir, pero en cualquiera de los dos casos no hay que perder de vista que los que se tienen que ir son otros. Ya no creemos en nada, no perdemos nada creyendo en nosotros mismos.
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