Tuesday, March 30, 2010

Small World

Una de las cosas por las cuales me gusta tener la conciencia tranquila y no deberle nada a nadie y cerrar círculos, poner los puntos sobre las íes y andar por la vida como si nada me molestara even though half you people got a fucking problem with me es porque sé que el mundo es un pañuelo y con él nos sacábamos los mocos cuando la vida parecía acabársenos en un estornudo cuando el virus A1H1 o como se llame estaba más de moda que ciertas historias de violencia en nuestro Monterrey lindo y querido.
Pues sí, la vida es una tómbola to to tómbola y a veces hace carambola como me sucedió el día de ayer cuando con el espíritu drenado luego de ocho horas consecutivas de oír quejas (la ventaja es que si me muero ya no me podrán mandar al círculo concéntrico de QUEJAS O SUGERENCIAS porque esto en sí califica de purgatorio) decidí ir a despejarme un poco la mente y me bajé en Cuauhtémoc para caminar dese ahí al tan afamado Vips gay en la Plaza Hidalgo. Pues resulta que emprendí la marcha y justo antes de cruzar Juárez para caminar por Plaza Morelos pasó un primo mío que no es sólo que hace mucho no veo sino que NI ME RECONOCIO!!!!! Con todo y lo llamativa que puedo resultar pues resultó que el hombrecito no registró familiaridad ni consagueneidad alguna y como no llevaba ni a hermanos ni padres de attachments debió pensar que yo era una simple representante de Customer Care que decidió morelear un lunes por la noche.
Pues bien, no obstante con este chascarrillo kármico o karmático, seguí mi camino y casi a punto de llegar a mi destino QUE ES LO QUE VAN VIENDO MIS OJOS!!!!!
Miren, ni intenten adivinar porque a quien me encontré es alguien recurrente en mi vida pero que pocos conocen. Para los que saben la historia la resumo así: Me encontré a Mejorado. Para los que no la saben les digo: Mejorado fue mi profesor de Computación en la prepa y yo estaba enloquecidamente enamorada de él. Ya he hablado de él en más de una ocasión: La más reciente fue el verano pasado que no sé por qué me acordé de esta historia.
Luego sucedió lo que tenía que suceder y este es el momento en que le doy fast fwd a la anécdota y me encuentro bajando de un taxi en la parada del Metro Cuauhtémoc y ahí justo afuera, justo enfrente de la puerta de descenso me encuentro no me van a creer a quién... sí señores, a mi mismísimo padre!!!! Me aproximé y lo saludé, intercambié un par de palabras y me dijo que tenía que irse. Yo entré meditabunda al Metro, pensando en tanta casualidad en un solo día.

2 comments:

Tania said...

Si te encuentras a mi papá le dices de mi parte que las esculturas pasan libres de impuestos a canadá y que si quiere venir a mercar que le caiga.

Akaotome said...

Jajajaja no creo que nos reconozcamos mutuamente