Encantada

La estaba esperando desde el verano por lo que significaba, una película de Disney de príncipes y princesas parodiando a las películas de Disney de príncipes y princesas. Cuando vi los cortos en la pantalla le dije a Ana: "Necesito verla", y ayer para despegar un poco mi politizada mente, le dije que fuéramos al cine.

Y ahí vamos a la última función. Había muy apenas dos parejas en la sala. La película inició como cualquiera de los cuentos de Disney hechos película. Una princesa muy feliz, unos animalitos desequilibrando el ecosistema porque se la pasan gravitando entorno de la futura reina, canciones que nos ahorran cientos de parlamentos y de pronto, a punto del final feliz, la malvada bruja manda a la princesa a un "mundo donde no existen los finales felices" y ese mundo es New York.

La idea es excelente. Incluso, cuando el príncipe terrenal la rescata y la lleva a su departamento para que al día siguiente la princesa se dé cuenta del chiquero en el que vive el hombre y en agradecimiento decide convocar cual Blanca Nieves a los animales del bosque para que la ayuden, es genial. La princesa se asoma por la ventana, canta "ah ah ah" y ratas, moscas, cucarachas y palomas acuden al auxilio de la princesa extraviada en el extraño mundo de New York. La escatología es necesaria, pero yo casi escupo las golosinas que golosamente estaba engullendo. Sin embargo no sé qué le falta, no sé por qué al final me pareció otra estúpida película de hadas, por muy parodia que haya sido. Tal vez fue que no pude dejar de pensar en Grey y en lo infeliz y desgraciado que es el doctor con ella, no es que me clave mucho en la serie, pero el personaje que por ende mi cerebro identifica como el actor, me parece completamente nefasto, más porque parece que lo único que sabe hacer es poner ojos de borrego a medio morir. Toda la película ambos protagonistas se la pasan menseando, "ay que si mi príncipe valiente vendrá por mí", "ay que si yo me voy a casar con una mujer horrenda pero buena onda", "ah sí, pues mi príncipe vendrá y seremos felices para siempre", "pues no te creo que venga el príncipe pero como quieras", como para que a cinco minutos de terminarse, sin haber hablado ni hecho nada de trascendencia, sin ponerse de acuerdo ni nada, de pronto la princesa le da una mordida a la manzana y cae víctima del veneno de la malvada bruja. El doctor de Grey recuerda ante la estupefacción de todos (oh my god, pero si era tan obvio, la respuesta siempre estuvo ahí) que no era el 911 quien podía salvarla, sino el beso del amor verdadero. El príncipe valiente que había ido al rescate de la princesa a este horrendo mundo, la besó justo cuando las campanadas de la media noche estaban sonando, y claro, no funcionó, y al no funcionar la terrible bruja malvada estalló en carcajadas. En eso suena la campanada número nueve, no hay tiempo que perder, el príncipe se desconcierta, se pregunta por qué no ha funcionado el beso, suena la décima y la bruja se ríe malévolamente, pero al sonar la once, la comprensiva prometida del doctor de Grey le dice: "bésala, entiendo" y todavía titubea, le piensa y la besa justo en la campanada número doce, dan tres segundo de expectación y resucita la princesa diciendo "sabía que eras tú el verdadero amor", si esto era cierto desde el principio, ¿entonces pa qué chingados estuvo jodiendo toda la pinche película con que el príncipe valiente iría a rescatarla y la llevaría de vuelta a su mágico mundo de Disney?

Anyway, anyway, me dirán "qué esperabas, es una película de hadas", o me dirán "pero tiene tres estrellas y media" o me dirán "al final el príncipe valiente era el doctor de Grey y sí la rescató, pero del horrendo - so 70's - mundo animado donde vivía" o me dirán lo de siempre, que soy una amargada que no se conmueve ante las historias de amor verdadero.